Cuando se presenta una situación de desastre por inundación en el país, se inicia simultáneamente un proceso de rehabilitación con la comunidad que ha sido afectada, y con esto, nace la necesidad de reubicar a las familias que han perdido, total o parcialmente, sus viviendas por encontrarse en un sitio considerado de alto riesgo o localizarse en sectores informales.
Según la Secretaría de Vivienda de Cali, en la ciudad existen aproximadamente 100 asentamientos informales en zonas vulnerables. Estas familias, escasamente cuentan con educación escolar básica, son generalmente independientes o tienen trabajos poco estables y de baja remuneración. Adicionalmente, el hombre es quien se encarga del trabajo fuera del hogar en la mayor parte de los casos, mientras que la mujer desempeña un rol social dentro de las comunidades.
El proceso de reubicación de estas comunidades y la reconstrucción de viviendas en el país, generalmente no ocurre dentro del tiempo estipulado, por lo que estas familias afectadas permanecen más tiempo del establecido por las normas internacionales, viviendo en albergues comunitarios, lo que supone un sinnúmero de incomodidades para el damnificado, adicionales a la idea de estar viviendo en un lugar que no les pertenece, pues como es sabido, los recursos utilizados en los albergues temporales funcionan como primera medida, pero no para ser utilizados por largos periodos.
Ante esta situación, surge la necesidad de proporcionar una vivienda que cumpla con las condiciones mínimas de habitabilidad durante todo el proceso por el que pasa una familia damnificada hasta que le sea otorgado el terreno permanente para continuar normalmente con su vida.
Por esta razón, Laura Durán y Brayan Restrepo crearon +HAB, “un proyecto ideado para ofrecer una solución que acompañe a las familias durante todo el proceso post-desastre y que permita utilizar, más eficientemente, los recursos que se tienen como parte de la ayuda inicial, es decir, aprovechar durante la primera fase del desastre, las donaciones de alojamiento temporal que ofrecen organizaciones como la Cruz Roja, para que sean utilizadas, de forma directa, en la fase de construcción de la vivienda permanente. Esto facilitaría, en gran medida, la coordinación de esfuerzos de las diferentes organizaciones que intervienen en el trabajo de ayuda de emergencia, y en los procesos de construcción y desarrollo permanente de viviendas”, explica Laura Durán.
Esta iniciativa está dirigida principalmente a entidades que están a cargo de dar solución inmediata a desastres por inundación en Colombia. Estas pueden ser organismos gubernamentales (Ministerio de Hacienda) como no gubernamentales (Cruz Roja Colombiana, Defensa Civil) que asumen un rol de responsabilidad social ante el país, y por otra parte los usuarios del sistema, que son las víctimas por la inundación, quienes pierden, parcial o totalmente, sus viviendas, y necesitan un lugar dónde puedan suplir sus necesidades básicas para sobrellevar un proceso de recuperación post-desastre.
El sistema está pensado para desarrollarse progresivamente y evolucionar en paralelo con el proceso de recuperación de la familia afectada, por lo que estará presente, transitoriamente, en el albergue temporal y de manera definitiva en el terreno que finalmente otorgue el Estado.
A su vez, +HAB hace uso de pieles temporales que recubren el sistema durante su funcionamiento en los albergues comunitarios, y además protegen a las familias del clima y les ofrecen el nivel de privacidad necesario, factores estos que fortalecen y promueven rehabilitación del tejido social y familiar de las víctimas.
La manera como la piel reviste la estructura, simulando un tejido que progresivamente se va completando y haciendo más fuerte, hace referencia, precisamente, al tejido social mismo que está en proceso de recuperación.
Adicionalmente, la piel está estampada con gráficos especialmente diseñados para fomentar el positivismo, la fe y la buena energía dentro de las personas que habitan el sistema; utilizando figuras de animales con características de progreso, evolución, adaptabilidad y perseverancia conocidas popularmente.
Por otra parte, la diferenciación mediante colores y gráficos en los estampados de las pieles, soluciona en gran medida falencias de reconocimiento y distribución de agrupaciones de viviendas dentro de un mismo albergue, facilita labor de orden y limpieza en zonas comunes y favorece la coordinación de esfuerzos entre entidades responsables de dar respuesta ante una situaci6n de este tipo.
“Todo esto con el fin de mostrar la otra cara de la situación, es decir, hacer sentir el desastre, no como la calamidad que pudo llegar a ser, sino como la oportunidad de progreso que representa para estas familias el solo hecho de salir de las zonas de riesgo que habitaban para trasladarse a viviendas con condiciones dignas.” Afirma Brayan Restrepo.
Informes: Maria Clara Betancourt, Jefe Dpto. Diseño, mcbetancourt@icesi.edu.co
Tomado de www.icesi.edu.co